Hacía mucho que
no hacía una pequeña aportación literaria en la página principal. Esta es una
cosilla que escribí para el Teseo, un concurso de microrrelatos que se organiza
desde la página del Multiverso y al que os invito a participar.
En este caso,
fue mi aportación a la pregunta: ¿Qué pasa en el solsticio de verano? Por
motivos míos de inseguridades y cosas varias, participó en la sección de fuera
de concurso. Pero bueno, creo que no está mal del todo.
Disfrutadlo, o
eso.
Verbenas, petardos y hogueras
—Cada Sant Joan es lo mismo —dijo la señora toda compungida, con un
marcado acento local. El policía echó una ojeada alrededor, puntillas de
ganchillo sobre cada mueble y una imagen de La Moreneta presidiendo la
entrada—. Discusiones de borrachos, petardos y hogueras. Esto, antes, era un
barrio tranquilo. Una zona buena, ¿sabe? Y celebrábamos Sant Joan. ¡Y cómo nos
divertíamos! ¡Menudas verbenas hacíamos! Eso sí que eran tiempos. Y entonces
llegaron ellos. Ya sabe, ellos: los moros. Están por todas partes y gritan
mucho. Anoche mismo, no hacían más que gritar. Y claro, nadie sabe lo que dicen
pero gritan mucho. Borrachos, seguro. ¿Sabe usted? Y luego los petardos, muchos
petardos. Y el niño aquel que no paraba de llorar. Porque mire, yo no soy quién
para decirle a nadie como se cría un hijo pero así no se hace, así no, no señor.
El niño llorando toda la noche. Hasta que al final calló. Y luego sirenas y más
sirenas porque habían hecho una hoguera, ¿sabe usted? Y claro, tampoco piden
permisos porque son como animales. Y ahora ustedes, ¿no? Que yo no quiero
hablar mal de esta gente, que Dios sabe que soy una buena mujer y no me gusta
juzgar sin conocer pero… son mala gente. Se lo digo yo.
*
—¿Por qué no le dijiste nada? —dijo su compañero cuando la puerta se
cerró—. ¿Por qué no le dijiste que no era una discusión de borrachos? ¿Por qué
no le dijiste que no fueron petardos sino
disparos? ¿Por qué no le dijiste que era una casa la que estaba ardiendo y no
una hoguera? ¿Por qué no le dijiste por qué el bebé dejó de llorar y que si nos
hubiera llamado cuando todo comenzó quizá aún estaría vivo?
—Porque ya lo sabe —suspiró él, agitando la cabeza—. Piénsalo por un
momento: ¿desde cuándo los “moros” celebran Sant Joan?
2 comentarios:
Justo descubrí este blog. Me ha gustado el microrrelato, me gusta como planteas el final. No me parece que esté mal, la inseguridad es un lastre. Gracias por publicarlo.
Me alegra que te gustara. ;)
Tienes razón, la inseguridad son lastres que nos ponemos nosotros mismos y que nos impiden avanzar como deberíamos.
¡Gracias a ti por leerlo y comentar!
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