viernes, 4 de enero de 2013

Perfecto


Me he propuesto actualizar el blog más a menudo, aunque sea con entradas más cortas y siempre que no tenga nada nuevo que contar puedo hablar largo y tendido sobre mí y mis proyectos porque... escribo ¿lo sabíais?
En esta ocasión quiero hablaros de Perfecto.
Perfecto es una novela corta de ciencia ficción. Puede que sea la novela de ciencia ficción con más ciencia de las que he escrito y parte de unos personajes potentes y de una premisa interesante: ¿los monstruos nacen o se hacen?
El tema que trato no es un tema novedoso, ya se ha hablado de la clonación miles de veces así que uno podría pensar que se trata de más de lo mismo pero no es así. Quizá sea prepotente por mi parte pero lo que para mí es su punto fuerte para otros es su debilidad, y es la exploración de los sentimientos humanos. El meterse en la cabeza de alguien y sentir sus miedos y sus aspiraciones, quizá de una forma demasiado sentimental para ser bien valorada por los típicos lectores de ciencia ficción.
Hace tiempo que lo intento pero no consigo hacerme oír: lo que vendo es ciencia ficción para aquel que no lee ciencia ficción. La ciencia ficción es la excusa para que desarrollen una serie de historias que en otro contexto no tendrían la misma cabida pero no es leitmotiv de la obra, lo es las relaciones entre los personajes y la forma que tienen ellos de actuar ante lo que les rodea.
En Perfecto se habla de la búsqueda de la inmortalidad, de la ciencia como razón de ser por encima de cualquier tipo de ética que se revela como un lastre para el conocimiento, habla de racismo y trata, sobre todo, de un niño, de un niño muy especial; un niño perfecto.
Perfecto está ambientada en el universo del Sistema Eos, en una de las lunas de Origen, pero se trata de una historia completamente independiente y autoconclusiva.
¿Qué por qué lo hago en el sistema Eos cuando esa historia se podría contar en otro sitio? Buena pregunta, supongo que me gusta mi escenario e ideé esta historia para mostrar cómo era la gente de Origen. No soy muy inteligente. Me gusta contar mis historias antes de devanarme los sesos intentando averiguar cómo demonios voy a colocar una cosa así.  Seamos sinceros, ciencia ficción para no amantes de la ciencia ficción y novelas que están todas inmersas en el mismo universo.
Una locura, ¿verdad?

«Le costaba respirar, cada vez era más difícil hacerlo. El aire hervía al contacto con sus pulmones y salía convertido en un vaho febril. Cualquiera en su situación pensaría que estaba cerca, que pronto llegaría su momento. Ridículo. ¿Cómo podía ser la muerte su momento o el momento de alguien? Era el punto de inflexión en el que te dabas cuentas de todos los momentos que no podrías vivir. Él tenía esperanzas; tenía sueños. Tenía más esperanzas y sueños que cuando era joven y solo vivía por el maldito trasto. Tenía planes y quería verlos cumplidos.»

Violín by Abigel

«No debía tener más de catorce años, apenas si podía ser considerado un adolescente. Una mata de gruesos rizos rubios perfilaban las finas líneas de su rostro, remarcando sus pómulos y una mandíbula fuerte que se acentuaba con la edad. Sus ojos, de un azul tan eléctrico que la hacían dudar que fueran reales, la observaban sin parpadear a través de sus largas pestañas. Al principio le resultaba incómodo sostener esa penetrante mirada que parecía desafiarla a cada momento. Tardó un poco en darse cuenta de que era la forma de mirar del joven y que no había malicia alguna por su parte. Pero tenía una mirada tan magnética que la hacía estremecer, por eso, siempre intentaba evitar el encuentro de esos ojos.»


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Diana,

te escribo de Oz Editorial, lanzaremos el sello este año, todavía no tenemos página web pero sí Facebook: http://www.facebook.com/OzEditorial?ref=ts&fref=ts

¿tienes algún e-mail donde pueda contactar contigo?

Bryoria dijo...

Os acabo de pedir amistad en Facebook. Te doy mis datos por allí, ¿ok?

Soy Diana Muñiz