sábado, 26 de enero de 2013

Verbenas, petardos y hogueras

Hacía mucho que no hacía una pequeña aportación literaria en la página principal. Esta es una cosilla que escribí para el Teseo, un concurso de microrrelatos que se organiza desde la página del Multiverso y al que os invito a participar.
En este caso, fue mi aportación a la pregunta: ¿Qué pasa en el solsticio de verano? Por motivos míos de inseguridades y cosas varias, participó en la sección de fuera de concurso. Pero bueno, creo que no está mal del todo.
Disfrutadlo, o eso.

Verbenas, petardos y hogueras

—Cada Sant Joan es lo mismo —dijo la señora toda compungida, con un marcado acento local. El policía echó una ojeada alrededor, puntillas de ganchillo sobre cada mueble y una imagen de La Moreneta presidiendo la entrada—. Discusiones de borrachos, petardos y hogueras. Esto, antes, era un barrio tranquilo. Una zona buena, ¿sabe? Y celebrábamos Sant Joan. ¡Y cómo nos divertíamos! ¡Menudas verbenas hacíamos! Eso sí que eran tiempos. Y entonces llegaron ellos. Ya sabe, ellos: los moros. Están por todas partes y gritan mucho. Anoche mismo, no hacían más que gritar. Y claro, nadie sabe lo que dicen pero gritan mucho. Borrachos, seguro. ¿Sabe usted? Y luego los petardos, muchos petardos. Y el niño aquel que no paraba de llorar. Porque mire, yo no soy quién para decirle a nadie como se cría un hijo pero así no se hace, así no, no señor. El niño llorando toda la noche. Hasta que al final calló. Y luego sirenas y más sirenas porque habían hecho una hoguera, ¿sabe usted? Y claro, tampoco piden permisos porque son como animales. Y ahora ustedes, ¿no? Que yo no quiero hablar mal de esta gente, que Dios sabe que soy una buena mujer y no me gusta juzgar sin conocer pero… son mala gente. Se lo digo yo.
*
—¿Por qué no le dijiste nada? —dijo su compañero cuando la puerta se cerró—. ¿Por qué no le dijiste que no era una discusión de borrachos? ¿Por qué no le dijiste que no fueron petardos  sino disparos? ¿Por qué no le dijiste que era una casa la que estaba ardiendo y no una hoguera? ¿Por qué no le dijiste por qué el bebé dejó de llorar y que si nos hubiera llamado cuando todo comenzó quizá aún estaría vivo?
—Porque ya lo sabe —suspiró él, agitando la cabeza—. Piénsalo por un momento: ¿desde cuándo los “moros” celebran Sant Joan?


2 comentarios:

A. Mayan dijo...

Justo descubrí este blog. Me ha gustado el microrrelato, me gusta como planteas el final. No me parece que esté mal, la inseguridad es un lastre. Gracias por publicarlo.

Bryoria dijo...

Me alegra que te gustara. ;)

Tienes razón, la inseguridad son lastres que nos ponemos nosotros mismos y que nos impiden avanzar como deberíamos.
¡Gracias a ti por leerlo y comentar!